Segundo y tercer días tras el intento de acabar con su vida

Domingo 23 de febrero

Le pusieron un collar isabelino para que no se pueda tocar el ojo y empeorar las cosas con una posible infección. Ya veis cómo de rojo está el ojito derecho...
 
El día 24 de febrero sobre las 12 del mediodía hablamos con la veterinaria que nos atendió el sábado. Nos dijo que iban a empezar la intervención para enuclear (quitar) el ojo derecho, y también intentarían quitarle todos los perdigones. El de la nariz porque parecía que dificultaba de alguna manera la respiración. Además, con el perdigón en la nariz se dificulta la percepción de los olores, con lo que puede disminuir también su apetito, y gato  que no come... Los de las patas, porque estaban bastante superficiales y parecía que su propio cuerpo los estaba expulsando. 

Dado que iban a tener que anestesiarlo, les pedimos que si era posible, lo castrasen, para evitar una intervención quirúrgica posterior. Así lo hicieron.

Sobre la irritación de la piel, nos dijeron que pensaban que lo habían rociado con alguna sustancia tóxica que despedía un fuerte olor. Por eso tenía el lomo mojado cuando lo encontramos. Esa sustancia le había producido el enrojecimiento y la inflamación cutáneos.  Con el objetivo de eliminar en la medida de lo posible la sustancia, le bañaron. Ya empiezan a verse calvas en la piel, resultado del efecto tóxico de la sustancia que le hayan echado y que está haciendo que se le esté cayendo el pelo...

Por la tarde fui a visitarle, pero no tenía intención de llevármelo a casa, pues en la clínica pueden vigilar su evolución, y así está más controlado. 
Estas son algunas de las fotografía de esa visita.



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