Disparos a gatos en Olías del Rey

El sábado pasado, día 22 de febrero, una de mis hermanas me llamó por teléfono para pedirme que fuera a ayudarle a sacar un gato que estaba debajo de un coche y parecía malherido. Una vecina que sabía que tenemos varios gatos, la alertó pensando que el gato era de ella. Pero no, este no era uno de los nuestros. Le dijo que creía que algún coche le había dado un golpe.

Cuando llegué a la calle, mi hermana, mi madre y mi padre estaban intentando empujar a un pobre gato que se había refugiado como había podido debajo de un coche. Tenía el aspecto que se ve en esta fotografía:


Se me encogió el corazón, y aún lo tengo encogido. El gato tenía la cara ensangrentada y apenas se movía, pero cada vez que intentabas cogerlo, se metía más hacia adentro, asustado.
Tardaron más de media hora en conseguir cogerlo y meterlo dentro de un transportín. Mirad la posición que tiene en esta otra fotografía:


Tenía todo el pelo del lomo y el rabo mojados, y así lo llevó mi hermana a la veterinaria de Las Perdices. Poco después me llamó para decirme que tenía que llevarlo a una clínica donde pudieran hacerle radiografías, y quería que la acompañara. Tenía una herida en la nariz, aparte de que el ojo derecho lo tenía completamente ensangrentado, y muchas laceraciones en la piel. Además tenía dos heridas más, una en una pata delantera y otra en una trasera. Nos fuimos a la clínica.



La veterinaria nos dijo que iba a hacerle varias radiografías, y que quería decirnos lo que costaría la atención veterinaria para que decidiéramos. Mi hermana aceptó el presupuesto y comenzó con las radiografías.



A los pocos minutos nos dijo que tenía un plomo alojado en el ojo derecho, y otro en la nariz. No me esperaba algo así. Si me parecía ya duro que alguien accidentalmente hubiera podido atropellarle con el coche, me pareció totalmente incomprensible que le hubieran disparado a propósito, pero así había sido. Siguió haciéndole radiografías, y nos dijo que las dos heridas de las patas eran de otros dos plomos que tenía alojados allí.

Radiografía lateral de la cabeza, donde se ven dos perdigones
 alojados en el ojo y en la nariz



Nos dijo que el ojo estaba perdido, y que recomendaba enucleación (es decir, sacárselo). Esto les quita el dolor, que es muy intenso, y se les cosen los párpados para que no haya riesgo de infecciones. Era lo mejor que se podía hacer por ese ojo. En cuanto a los perdigones, nos dijo que muchas veces los dejaban, dependiendo de dónde estuvieran alojados, porque era más el destrozo que hacías intentando extraerlos que dejándolos.

En esta radiografía se ve también el perdigón
en la patita delantera izquierda





También nos dijo que había tenido mucha suerte, porque no había tocado ningún órgano vital. No sé cómo se puede tener buena suerte cuando alguien te dispara a bocajarro...

Luego estuve leyendo en Internet que en muchas ocasiones los perdigones atraviesan el tórax o abdomen de los gatos, produciéndoles lesiones incompatibles con la vida.

El gato tenía todo el lomo mojado, y la veterinaria nos dijo que probablemente se habría orinado.

Al rasurarle una pata para cogerle una vía, vimos que tenía toda la piel irritada, y nos dijo que esto era muy raro. Que estaba como inflamada, y nos preguntó si la veterinaria que hizo la primera asistencia le había echado alguna sustancia en la piel, pero mi hermana le dijo que no. Le costó cogerle la vía por la inflamación que tenía, pues el animalillo intentaba retirar la pata. Con la vía era más fácil ponerle la medicación que necesitara.

A la derecha, radiografía donde se ve el perdigón en la pata trasera izquierda.


Estas son otras fotos que le hice al gato en la clínica:




Se ven laceraciones en diferentes partes del cuerpo, ¿quizás porque le pasaron rozando otros perdigones? ¿o porque estaba en lo alto de algún muro y cayó tras el primer impacto? los dos disparos de la cabeza le impactaron por el lado derecho al igual que el de la pata trasera, mientras que la pata delantera afectada es la del lado izquierdo.


¿Quién puede haber hecho algo así? alguien sin ninguna capacidad de compasión.




Y allí en la clínica veterinaria se quedó la primera de unas cuantas noches, con cuatro perdigones en su cuerpo, la piel inflamada y roja, y sin ver con el ojo derecho y un pequeño derrame en el izquierdo, pero bien cuidado, con analgesia, con calor, y vigilado.




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